Lo que debemos tener claro es que, una vez hemos pinchado la rueda, es necesario parar de inmediato el coche para no circular con la rueda pinchada y colocar la de auxilio en su lugar. Si circulamos varios kilómetros con la rueda pinchada dañaremos totalmente el neumático e incluso podemos llegar a dañar la llanta de nuestro coche.
¿Para qué voy a tener cuidado de no dañar la rueda pinchada si total hay que cambiarla? Depende, en muchos casos los pinchazos se pueden arreglar poniendo un parche, con el cual podemos seguir usando ese neumático sin ningún tipo de problema hasta que sea necesario cambiarlo por su desgaste.
Si circulamos varios kilómetros con el neumático pinchado, lo único que conseguiremos es hacer un surco en los flancos, al pisarlos con los bordes de la llanta. Si ven esto en el taller al que vayamos, es muy probable que nos digan que no nos pueden repara el pinchazo, porque el neumático está dañado y no es seguro circular con él. La solución pasa entonces por tener que poner un neumático nuevo o incluso los dos neumáticos del mismo eje.
Por lo tanto, lo más aconsejable ante un pinchazo es parar inmediatamente el coche para sustituir el neumático dañado y acudir con él al taller para que verifiquen si se puede reparar. Si hacemos esto, nos podemos ahorrar bastante dinero, algo que seguramente agradeceremos.